Presentación en la Catedral del cartel y composición musical del LXXV aniversario de la Agrupación de Cofradías
En el claustro de la Santa y Apostólica Catedral de la Encarnación, en el día litúrgico de Santa Bárbara, entrada la oscura noche estrellada del mediterráneo con la luz del Misterio de la Fe, organizado por la Agrupación de Hermandades y Cofradías de Almería, presidida por Isaac Vilches Marín y el Director espiritual, Muy Ilustre Juan José Martín Campos, dio comienzo la presentación con solemnidad barroca del cartel conmemorativo del LXXV Aniversario de esta corporación diocesana, obra de Fernando Vaquero, y de la también composición musical procesional “Luz de Dios”, obra de José Peña interpretada por la Banda de Música “Santa Cecilia”.
Fernando Vaquero ha implementado con sapiencia y sabiduría cofrade, un bello cartel con gran carga historiográfica, cuyos contenidos ponen de manifiesto la vida religiosa y pastoral de los 75 años de vida eclesial de la Agrupación de Cofradías, representando Fernando Vaquero con magistrales líneas pictóricas a las 26 hermandades penitenciales y de gloria, las cuales son acogidas con amoroso cariño en esta comunidad de cofrades en torno a la corporación agrupacionista.
Un cartel, con matices del almeriense movimiento indaliano, al pintar el mantel, alimentos y copas de la mesa, los tradicionales bodegones, que manifiestan una preciosidad de pintura, que pone de manifiesto el objetivo principal de la Agrupación de Cofradías, transmitir el rostro de Cristo, dándole su contemplación un sentido religioso auténtico a nuestra fe, la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo en su última Santa Cena.
Podemos decir y decimos, que todas las Hermandades están representadas en el cartel, por lo que, nos podemos sentir satisfechos con los elementos vertebrales de estos 75 años, la ciudad de Almería, la Luz de Dios, el paso del tiempo, invocando para este caso al cenáculo de Milán, que pintó Leonardo da Vinci, y con el logo realizado por Alejandro Valverde, que han hecho posible estar presente la Agrupación de Cofradías en la sociedad almeriense como un movimiento católico con una actividad pastoral intensa, especialmente, en lo referente a seguir evangelizando con la religiosidad popular con las virtudes del amor, la esperanza y la caridad, predicando el Evangelio en fraternidad con la comunión eclesial.
El cartel recoge detalles con tanta finura pictórica, que puede decirse, sin duda alguna, que ha sabido plasmar Fernando Vaquero con magistral conocimiento de la catolicismo popular, imágenes que subyacen en el interior de nuestra alma, la Borriquita, el Rosario del Mar, la Soledad, el Santo Sepulcro, el Prendimiento tras el hecho dramático que le ocurrió hace años en el incendio en la Catedral y que con el halo de santidad y causas difíciles de san Judas Tadeo, uno de los doce, se pudo resolver gracias a Dios; y el Resucitado en su doble visión de patronazgo en su iglesia parroquial de Santiago y, actualmente, como cofradía en la Iglesia de Nuestra Señora de Montserrat, aunque en el halo del cartel se encuentran otras vinculaciones con las Cofradías erigidas canónicamente e integradas por voluntad de sus cabildos de hermanos en la Agrupación de Cofradías por ser un instrumento eclesial al servicio de la feligresía en sus correspondientes templos parroquiales y sedes canónicas.
En conclusión, en el cartel configurado por Fernando Vaquero, podemos apreciar un medio eficaz para contemplar en un “frondoso árbol” el rostro de Cristo, el rostro de Cristo entrando en la Jerusalén de Almería, aclamado por los niños y gentes sencillas; el rostro de Cristo en el luminoso Jueves Santo, en la última Cena, en el lavatorio de los pies, instituyendo la Eucaristía; el rostro de Cristo anunciando la traición de Judas o las negaciones de Pedro; el rostro de Cristo en la Oración del Huerto, o ante Pilato o camino del Calvario, con la Cruz a Cuesta.
A continuación, con hermosura armoniosa se estrenó la marcha procesional “Luz de Dios”, obra de José Peña e interpretada por la Banda de Música “Santa Cecilia”, cuyos compases nos introdujeron de forma plena en la cumbre de este acto cofrade con los sonidos musicales, cuya lectura auditiva nos llevó al Domingo de Resurrección, el Domingo de los Domingos, la Pascua de todas las Pascuas.
José Peña con gran primor y delicia sinfónica ha realizado una composición para este 75 aniversario de la Agrupación de Cofradías conjugando en sus notas musicales la resurrección de Jesucristo, un hecho único en la historia y al mismo tiempo es un Misterio de fe, que centra la vida cristiana y el fundamento de nuestra fe cofrade.
Al escuchar la obra musical de José Peña en concordancia con la visualización del cartel de Fernando Vaquero, da la percepción de la firmeza de nuestros Apóstoles cuando anunciaron con convicción, la resurrección del Maestro como verdad absoluta, que Jesús murió y resucitó. El corazón palpitaba en el claustro de la Catedral, entre las fragancias y aromas a incienso, al escuchar la marcha procesional, ya que los cofrades creemos en la resurrección, y pedimos resucitar con Él, llegado el momento, a una vida nueva, una vida que busca y aspira a los bienes de arriba, donde está Cristo.
Todo un acierto de la Agrupación de Cofradías en ambas encomiendas realizadas para conmemorar esta efeméride fundacional, que quedará grabada en la vida religiosa de nuestra Iglesia Diocesana, especialmente, al coincidir con el periodo Sinodal, lo que reforzará espiritualmente, a buen seguro, a todos cuantos integramos esta comunidad de cofrades, al sentirnos estrechamente vinculados a ella, nacidos a la vida divina por el Bautismo, fortalecidos por la Confirmación, alimentados por la Eucaristía, iluminados por el Evangelio, santificados por los Sacramentos, unidos por la Caridad y perseverantes en la oración, como ha sido la presentación de este cartel y marcha procesional, una rezo desde la cultura cofrade pasionista, y siempre, siempre, amando a nuestra Iglesia particular y comprometidos con ella bajo la dirección de nuestro Obispo diocesano.
Fotografías realizadas por Juan Antonio Martínez Huete.
Fuente: Rafael Leopoldo Aguilera