Un índice de redondez abdominal alto durante 6 años eleva el riesgo de enfermedad cardiovascular en adultos
Tener un índice de redondez corporal (IRC) elevado durante un periodo de 6 años se asocia con un mayor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares en adultos mayores de 45 años, según una nueva investigación publicada en el ‘Journal of the American Heart Association’, revista de la Sociedad Americana del Corazón.
Investigaciones anteriores han indicado que el IRC, una medida que combina el perímetro de la cintura y la estatura, reflejando la proporción de grasa abdominal y visceral (frente al índice de masa corporal (IMC) que sólo mide el peso en relación con la altura), puede ser útil para predecir el riesgo de enfermedades cardiovasculares (EVC) y ayudar a determinar la presencia de resistencia a la insulina y síndrome metabólico, la principal causa de muerte en todo el mundo, con casi 20 millones de fallecimientos anuales, según la actualización 2024 de las estadísticas sobre enfermedades cardiacas e ictus de la Asociación Americana del Corazón.
De hecho, la obesidad es un importante factor de riesgo modificable de enfermedad cardiovascular, e investigaciones anteriores han indicado que la obesidad abdominal puede ser un factor de riesgo de enfermedad cardiovascular más fuerte que la obesidad general.
En este estudio, los investigadores evaluaron la asociación del IRC con las enfermedades cardiovasculares entre los participantes en el Estudio Longitudinal de Salud y Jubilación de China (CHARLS), un estudio representativo a nivel nacional de adultos de mediana y avanzada edad en China.
“Este es el primer estudio a gran escala para evaluar el IRC a lo largo del tiempo y cómo puede estar asociado con la incidencia de enfermedades cardiovasculares entre los adultos chinos de mediana edad y mayores”, destaca el autor principal del estudio, Yun Qian, investigador del departamento de control de enfermedades crónicas no transmisibles en el Centro Wuxi de Control y Prevención de Enfermedades de la Universidad Médica de Nanjing (China).
Los investigadores analizaron las mediciones de IRC de 2011 a 2016 y detallaron la trayectoria de los niveles de los participantes en el estudio. En lugar de basarse en una única medición del índice de redondez corporal, analizaron las trayectorias de cambio en el IRC a lo largo del tiempo, lo que proporcionó una comprensión integral de cómo fluctuaron los niveles en los participantes del estudio.
El análisis determinó que las trayectorias de IRC más elevadas se asociaron significativamente con el riesgo de enfermedad cardiovascular, y con mediciones de IRC cada vez más elevadas y persistentes, se evidenció un mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular, ictus o eventos cardiacos, independientemente de la edad, el sexo u otras variables de los participantes. Durante los últimos cuatro años del periodo de seguimiento, de 2017 a 2020, se registraron 3.052 eventos cardiovasculares y 894 muertes cardiovasculares.
Los investigadores descubrieron además que, en comparación con los participantes del grupo de nivel de IRC bajo-estable, el riesgo de enfermedad cardiovascular en el grupo de nivel de IRC moderado-estable aumentó un 61%, y el riesgo en el grupo de nivel de IRC alto-estable aumentó un 163%.
Cuando tuvieron en cuenta las variables demográficas, los antecedentes médicos y los antecedentes de medicación cardiaca, siguieron observándose diferencias significativas de ECV en los grupos de BRI moderadamente estable y ERC altamente estable en comparación con el grupo de IRC poco estable.
Después de tener en cuenta otras medidas de salud, como la presión arterial, la glucosa en sangre y los niveles de colesterol, los participantes del grupo de CRI de estabilidad moderada y del grupo de CRI de estabilidad alta seguían teniendo un mayor riesgo de diagnóstico de ECV durante el periodo de estudio. La incidencia de ictus y eventos cardiacos también fue significativamente mayor entre los participantes de los grupos de nivel de BRI moderado-estable y alto-estable.
“Nuestros resultados indican que 6 años de CRI estable de moderado a alto parecían aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular, lo que sugiere que las mediciones de CRI pueden utilizarse potencialmente como factor predictivo de la incidencia de enfermedades cardiovasculares –señala Qian–. Esto podría explicarse por la correlación entre obesidad e hipertensión, colesterol alto y diabetes de tipo 2, todos ellos factores de riesgo de enfermedad cardiovascular. También se ha demostrado que la obesidad provoca inflamación y otros mecanismos en el organismo que pueden afectar al corazón y al funcionamiento cardíaco. Se necesitan más investigaciones para confirmar y comprender plenamente cómo podrían utilizarse estos resultados para prevenir las enfermedades cardiovasculares”, apunta.
El estudio analizó además los datos sanitarios de más de 9.935 adultos residentes en China mayores de 45 años, con una edad media de 58 años al inicio del estudio, sin un diagnóstico médico de enfermedad cardiovascular entre 2011 y 2015.