Arenas movedizas

“Algo huele a podrido en Andalucía” después de más de 30 años de gobierno monocolor y clientelista.
Ahora que el PP de Mariano Rajoy ha desalojado a los socialistas del poder, obteniendo una holgada mayoría absoluta en el Congreso, y después de que sus barones hayan consolidado su poder territorial, arrebatando al PSOE feudos históricos, sólo queda en el horizonte la conquista de Andalucía para completar los objetivos populares. Javier Arenas, tras una perseverante acción de oposición, presenta un balance impecable: el PP ha mejorado sus resultados en todas las provincias, ha conquistado todas las capitales y avanza con firmeza para arrebatar a José Antonio Griñán la presidencia de la Junta andaluza.
Pero, parafraseando a Marcelo en sus confidencias a Hamlet, “algo huele a podrido en Andalucía” después de más de 30 años de gobierno monocolor y clientelista. En los últimos días se han destapado escándalos aún mayores, si cabe, de los ya conocidos. El chófer del ex director general de Empleo del Gobierno andaluz declara que él y su jefe gastaron en fiestas, alcohol y cocaína un dinero público que debería haberse destinado a los desempleados.
La Policía investiga a Iván Chaves, hijo del ex presidente andaluz, como posible eje de una trama de tráfico de influencias. Otra de sus hijas, Paula, ya recibió una subvención millonaria para su empresa, cuando su padre presidía el Gobierno regional. Cuatro hermanos de Chaves están colocados en la Junta o en empresas públicas. Y todo eso, mientras se investigan los ERE fraudulentos y la gestión socialista deja más de un millón y medio de parados en la comunidad.
Que pise con firmeza el presidente del PP andaluz entre las arenas movedizas que heredará en el Gobierno de la Junta. Lo que sufrió primero María Dolores de Cospedal en Castilla La Mancha, y después el propio Mariano Rajoy en La Moncloa, es lo que amenaza a Javier Arenas en Andalucía. Administrar los despojos de una política de tierra quemada de quienes no se abochornan por dejar desolación a su paso. Todos lo que han sido feudos históricos del socialismo son ahora arenas movedizas plagadas de trampas ocultas.
-Javier Algarra-