Casa Arrupe del SJM: la hospitalidad es el camino
El programa de hospitalidad del Servicio Jesuita a Migrantes (SJM) en la comarca de Níjar avanza con pasos pequeños y firmes. En el mes de julio se pusieron en marcha doce viviendas en régimen de alquiler, en San Isidro, y en el mes de agosto abrió sus puertas Casa Arrupe, una comunidad de hospitalidad situada en Puebloblanco.
Se trata de una iniciativa dirigida a las personas migrantes que trabajan en los invernaderos de la zona y que se ven forzadas a sobrevivir en los múltiples asentamientos chabolistas del municipio. De hecho, uno de los grandes éxitos del proyecto ha sido el traslado de todos los residentes del asentamiento de Cañaveral (cerca del cruce de los Albaricoques o del Walili) y la posterior demolición total del asentamiento.
En total, el programa dispone de unas 85 plazas residenciales de estancia temporal, para un periodo aproximado de un año; en ese tiempo, cada uno de los residentes elabora y trabaja un proyecto personal en distintas áreas de crecimiento y desarrollo: idioma, formación, empleo, salud, economía, vivienda, familia, relaciones, espiritualidad… Este itinerario muestra que la esperanza es el camino, la hospitalidad es el camino.
En este contexto, Casa Arrupe recibió el pasado jueves 19 de septiembre la cercana y entrañable visita de nuestro obispo Antonio. Ya otras veces, siempre con discreción cuidado pastoral, el obispo había podido patear algunos asentamientos chabolistas de la zona y conocer la sede del SJM-Almería. Pero, en esta ocasión, nuestro pastor quiso acercarse para compartir la mesa y la conversación con algunos de los residentes y amigos de Casa Arrupe. Toda una bendición y un regalo del Buen Dios, Padre de todos.
La inauguración del programa de hospitalidad del SJM-Almería, tanto en San Isidro como en Puebloblanco, tendrá lugar el 27-28 de septiembre, coincidiendo con la Jornada Mundial de las personas Migrantes y Refugiadas. Como dice el papa Francisco en su mensaje para la Jornada de este año, “Dios camina con su pueblo”. Es algo que se constata cada día y que la visita de nuestro obispo Antonio ayuda a ver con más claridad.