El color, la luz y en el centro de todo, Él, Señor Cautivo de Medinaceli

Este sábado pasado, a pesar de la incertidumbre por los pronósticos de lluvia que dio lugar a unos minutos de retraso, la Almería cofrade volvió a vivir con plenitud de fe uno de esos momentos estelares de la religiosidad popular de la capital y provincia de Almería, al contemplar en sus vetustas calles, el cortejo procesional pasionista de alabanza con el barroco paso llevado con unción costalera a la fervorosa imagen sagrada de Jesús Cautivo de Medinaceli “Señor de Almería”, cotitular de la Real e Ilustre Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús en su Prendimiento, Jesús Cautivo de Medinaceli y Nuestra Señora de la Merced.
Por la mañana, en la hora del Ángelus, el sonido de marchas procesionales de la Banda de Cornetas y Tambores Nuestra Señora del Carmen de Almería nos introducían musicalmente en lo que iba a ser un hecho histórico cívico-religioso para toda la Iglesia diocesana de San Indalecio, cuyas reliquias acompañaron en el paso al Señor Cautivo, flanqueado por una Escuadra de Gastadores de Damas y Caballeros legionarios del Grupo de Artillería de Campaña II de la Legión, así como, de la presencia del Guion el Grupo de esta unidad militar presidida por teniente coronel José Ignacio Jiménez Varo.
Todo un alarde de solemnidad cristiana y cofrade, de prestancia espiritual y saber estar en comunión eclesial, acompañando al Cautivo del cuaresmal y tradicional primer viernes de marzo de cada año y de la tarde noche de cada Miércoles Santo en la S. y A. I. Catedral de la Encarnación. Una tarde – noche de armoniosa espiritualidad, que se prolongó con los aires jubilosos del mediterráneo y con los sonidos sacros de la Agrupación Musical Virgen de los Reyes de Sevilla hasta la madrugada de este domingo, Día del Señor, festividad de la Santísima Trinidad.
Tras el Triduo religioso celebrado durante esta semana, al atardecer del viernes, en un templo catedralicio con cientos de fieles, se llevó a cabo la Santa Misa Pontifical, ocupando la sagrada cátedra y predicando la Palabra de Dios el Obispo diocesano, Monseñor Antonio Gómez Cantero, asistido por el Deán y Magistral de la Catedral, Juan José Martín Campos, el Vicario General, canónigo y director espiritual de corporación cofrade sacramental del Prendimiento, Ignacio López Román, el canónigo y consiliario de las Hermandades de la Esperanza Macarena y El Perdón, Ramón Garrido Domene, el consiliario de honor Francisco Alarcón Alarcón, que fue canónigo y vicario general con el obispo Rosendo Álvarez Gastón, q.e.p.d., y el capitular y exconsiliario de esta Hermandad penitencial, Miguel Romera Domene.
Pontifical a la que acudieron el cabildo municipal en funciones presidida por María del Mar Vázquez Agüero y la corporación provincial bajo la presidencia de Javier Aureliano García Molina, autoridades civiles y militares, los hermanos honorarios del Grupo de Campaña de Artillería de la Legión, así como, la Hermana Mayor del Prendimiento, María del Mar Marín Navarro, el presidente de la Agrupación de Cofradías y Hermandades, Isaac Vílches Marín, Hermanos y Hermanas Mayores, y entidades del tejido asociativo vinculadas con la Cofradía. Entre petaladas a lo largo de todo el recorrido, fraternal encuentro espiritual al paso por los conventos de clausura de Las Puras, Las Claras, que ostentan esta comunidad de religiosas la condición de Hermanas Honorarias, y las Esclavas del Santísimo.
El cortejo procesional pasionista del 75 aniversario fundacional en este día 3 de junio fue un cúmulo de nobles sentimientos del gran Misterio de la Fe de toda una ciudad entorno al Divino Redentor, de devoción al “Señor Cautivo”, y su reencuentro ascético en su anterior sede canónica en la Iglesia parroquial de San Sebastián en la que esperaban con los brazos abiertos la dolorosa bajo palio del Martes Santo, María Santísima del Primer Dolor y el Santísimo Cristo del Amor, así como, la bienaventurada y siempre Virgen del Carmen Coronada del Barrio de las Huertas.
Memoria siempre actualizada y presente a los Excautivos, sufridores ellos y sus familiares en un momento histórico de la España, fundadores por la Gracia de Dios y de la Sede Apostólica de la Cofradía en 1948 y, el siempre recuerdo especial, a los Consiliarios que marcharon a la vida eterna: José María Sánchez Espinas, Alfredo Gallego Fábrega, José Pardo Medina, beneficiado Felipe Sánchez Sánchez, canónigo doctoral José Antonio Bernabé Albarracín, beneficiado solchantre y después canónigo Antonio Sánchez Gómiz; y Hermanos Mayores q.e.p.d.: Alfonso Jiménez Riquelme, Raimundo Quiñonero López, Juan López González, Antonio Pumarola Bueno, Arnoldo Rodríguez Rodríguez, Juan Antonio Barrios Fenoy, José María López Rueda y José Ramón Suárez Fernández.
Quiero finalizar este artículo de opinión narrativa, manifestando, que habiendo estado en el día de ayer la ciudad del Sol de Portocarrero o Sol de Villalán en la calle acompañando a Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli, son muchas otras las almas que te veneraron en tu recorrido pasionista, otros corazones desde los hospitales (1), residencias de personas mayores, impedidos físicamente u otros motivos personales o profesionales, que también te elevaron en silencio plegarias de alabanza, y desde la distancia corporal han deseado vivir en Tí, Hijo de Dios, para que el don del Misterio de la Fe siga su impulso del Espíritu Santo impregnando los sentires de la santidad en Dios Padre – Arde, Late, Cree-. Paz y Bien, Paz y Gloria.
- Dedicado al compañero Juan Luis Hinestrosa Miras por su pronta recuperación.
Rafael Leopoldo Aguilera