EL CONFIDENCIAL.- Las CCAA planean subidas de impuestos generalizadas para contener el déficit
El ajuste va por barrios. Si hasta ahora ha sido la Administración Central del Estado quien ha llevado el peso de los recortes, ahora son las comunidades autónomas las que tendrán que cerrar el grifo del gasto público. Desde luego, con mucha mayor fuerza que lo han hecho hasta ahora. Pero, al mismo tiempo, hay que aumentar los ingresos. Y para conseguir ese objetivo, no hay otro camino más rápido que incrementar los impuestos -el IVA está en la agenda- en un contexto recesivo como el actual.
¿Cuánto? El Banco de España estima que para cumplir con el compromiso del Gobierno ante Bruselas hay que aumentar la recaudación en, al menos, siete décimas del PIB. O lo que es lo mismo, unos 7.000 millones de euros que deben ingresar las comunidades autónomas y el Gobierno central de forma adicional en 2012.
En palabras del Servicio de Estudios del banco central, la composición del ajuste en 2012 se debe repartir entre un 20% por el lado de los ingresos y un 80% desde el lado de los gastos. Es decir, teniendo en cuenta que el déficit hay que reducirlo en 3,6 puntos del PIB, eso quiere decir que la presión fiscal debe aumentar en 7,2 décimas de Producto Interior Bruto.
Así se desprende del Informe trimestral sobre la economía publicado ayer por el Banco de España, y en el que se recuerda que las comunidades autónomas tienen competencia directa sobre el 37% del gasto total de las administraciones. Pero no sólo eso. Son responsables del 94% del gasto en Sanidad y en Educación, y de nada menos que del 55% del empleo al servicio de las distintas administraciones. “Esta relevancia de las CCAA subraya la importancia de su contribución a la estabilidad presupuestaria”, asegura el banco central.
¿Qué quiere decir esto? Pues que teniendo en cuenta que otra tercera parte del gasto público tiene que ver con la Seguridad Social, una partida intocable ya que se destina a pagar las pensiones, el peso del recorte deberá recaer ahora sobre las comunidades autónomas. El Gobierno central ya anunció un ajuste de 15.000 millones en el último Consejo de Ministros de 2011.
El Banco de España recuerda en su informe que el origen de la deviación en el déficit de las CCAA tiene que ver con “la debilidad de los ingresos”, que, en concreto, muestran un descenso del 3% hasta el tercer trimestre de este año. Esto significa que la recaudación no recoge todavía la recaída de la economía entre octubre y diciembre. Y que es muy probable que se sitúe entre tres y cuatro décimas en términos intertrimestrales.
Las comunidades autónomas, por el contrario, elaboraron sus presupuestos de 2011 con una previsión de alcanzar un ligero aumento de los ingresos. No ha sido así y eso les obligará a aumentar la presión fiscal, utilizando para ello tanto los tributos cedidos por el Estado como las tasas u otras figuras impositivas sobre las que tienen competencia, como los precios públicos. Desde el lado del gasto, por su parte, continuarán sacando la tijera. En particular en toda lo relacionado con la inversión, la partida más rápida de sacrificar y con menos erosión de la opinión pública.
Se dispara el servicio de la deuda
Según los datos del Banco de España, las inversiones reales de las comunidades autónomas se situarán a finales de este año en un nivel que representa prácticamente la mitad de lo presupuestado en 2008, lo que da idea del tijeretazo. Por el contrario, la carga de intereses es la única partida que crece, y lo hace de forma notable. Nada menos que un 35% debido al fuerte aumento de la deuda emitida.
Para hacerse una idea de la situación económica de las comunidades autónomas hay que tener en cuenta que al comenzar la crisis, en 2008, los ingresos no financieros de todas ellas ascendían a 168.225 millones de euros, pero a la luz de los presupuestos presentados para 2012 (Castilla-La Mancha y Castilla y León los han prorrogado) lo previsto es alcanzar una recaudación de únicamente 151.416 millones.
La caída de los ingresos respecto del comienzo de la crisis asciende, por lo tanto, a unos 17.000 millones de euros, pero los gastos no se han recortado en la misma cuantía, lo que explica el ensanchamiento del desequilibrio fiscal.
Aunque la gran mayoría de las comunidades autónomas han presentado ya sus presupuestos para 2012, los ingresos (y, por lo tanto, los gastos) están sujetos a una gran incertidumbre, toda vez que dependen en buena medida de las transferencias del Estado. Y el Estado, como se sabe, ha prorrogado los suyos, por lo que los gobiernos autonómicos están obligados a reelaborarlos a la luz de las nuevas cifras que les presente el ministro Montoro. O lo que es lo mismo, del nivel de transferencias del Estado, lo que explica que ya alguna, como Madrid o Galicia, hayan planteado la necesidad de avanzar en el copago.
Su margen de maniobra es, en todo caso, escaso, toda vez que tampoco están tirando los impuestos cedidos. Como recuerda el Banco de España, la recaudación por impuestos especiales ha presentado crecimientos muy alejados de los objetivos (-3,9% entre enero-noviembre, frente al 5,1 % presupuestado). Por su parte, el IRPF creció un 4,2 % hasta noviembre, frente al 7,1 % estimado para el conjunto del año.
Igualmente, la recaudación del Impuesto de Sociedades (competencia exclusiva del Estado) cayó en los once primeros meses del año un 11,4 %, por debajo de la previsión de aumento de la recaudación recogida en el presupuesto, que era de un aumento del 1,2%. Y esto pese a que se ha producido un cierto repunte en la recaudación de este impuesto en el último trimestre del año, como consecuencia de los cambios en la periodificación de los pagos fraccionados.
Tan sólo el IVA, y después del aumento de los tipos impositivos, se ha comportado algo mejor de lo estimado inicialmente, un 2,5% hasta noviembre. Y hoy por hoy la subida del Impuesto sobre el Valor Añadido continúa estando en la recámara.