El proyecto anti-desprendimientos para El Cañarete, en trámite ambiental por afección a Sierras de Gádor-Enix
El proyecto de construcción de sistemas de protección contra desprendimientos en los tramos con “riesgo alto” de la carretera de El Cañarete que une Almería con Aguadulce, en Roquetas de Mar, ha iniciado trámite ambiental ya que hay que analizar sus “repercusiones medioambientales” al espacio protegido ZEC Sierras de Gádor y Enix.
Las nuevas medidas anti-desprendimientos se ubican “parcialmente” en el “límite meridional” de este espacio de la Red Natura 2000, por lo que procede someterlo a procedimiento de evaluación de impacto ambiental simplificada si bien el documento inicial sobre el que el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico (Miteco) ha abierto periodo de consultas, recoge que la “afección es muy poco significativa”.
La documentación señala que la “sensibilidad ambiental” del tramo de la N-340A en los que actúa el proyecto reside en su ubicación en la ZEC Sierras de Gádor y Enix y en el hecho de que “al margen sur de la carretera se encuentra la ZEC Sur de Almería-Seco de Los Olivos y la ZEPA Bahía del Almería.
Descarta afección en este último caso ya que los desmontes se harán en el margen norte de la vía, de manera “muy puntual y localizada”, aunque se extiende más sobre las posibles afecciones que se pudieran derivar de la ejecución de las actuaciones de sujeción y protección de desmontes al primero de los espacios naturales protegidos.
El documento sostiene que también son “muy localizadas y tienen escasa magnitud” con más de un kilómetro de desmonte y añade que son “todas asociadas a la fase de construcción y, por tanto, de carácter temporal”.
“Dado que se trata de la mejora de unas pantallas que ya existen, y de instalar nuevas medidas anti-desprendimiento en unos de desmontes que ya existen y su entorno más inmediato, sumado a que las obras se realizarán desde la propia carretera, aportando materiales y la maquinaria necesaria mediante camión pluma, sin que sea necesario la generación de caminos de acceso o movimiento de tierra, se determina que las afecciones no son apreciables para los hábitats y especies de interés comunitario dentro de la ZEC”, remarca.
Subraya que tampoco es “previsible” una afección “significativa” de la “integridad” del espacio natural protegido en el que el proyecto se desarrolla “parcialmente”, como tampoco al BIC del Castillo de San Telmo “puesto que no resulta directamente afectado” por las actuaciones en su tramo.
La documentación ambiental recalca que tiene afecciones “positivas” ya que supondrá la “minimización de los riesgos de desprendimientos” y, por consiguiente, “la mejora de la estabilidad de la superficie y de su cubierta edáfica”.
“La mejora de sistemas de protección contra desprendimientos entre el acceso al puerto deportivo Aguadulce y el túnel de Bayyana genera escasas afecciones ambientales al entorno en que se desarrolla y en ningún caso supone una afección significativa a los valores y objetivos de conservación de la ZEC Sierras de Gádor y Enix”, concluye.
EJECUCIÓN EN 28 MESES CON CORTES TOTALES DE TRÁFICO
El Miteco trasladó consultas a otras administraciones, entidades y colectivos el pasado día 17 en el marco de la tramitación de la evaluación de impacto ambiental simplificada de una actuación para la que se prevé un periodo de ejecución de 28 meses a través de once fases, en las que se producirán “interferencias con el tráfico existente en la mayor parte de los trabajos que se desarrollen”.
La memoria del proyecto de actuación para estos trabajos, que fueron formalizados el pasado 11 de mayo a la entidad empresarial Elsamex-Geotalud por 689.199,08 euros, expone que para ejecutar las distintas obras “será necesario el corte total de la carretera” tanto por la necesidad de acopio del material hasta el lugar de su colocación como por la “seguridad para los usuarios de la vía”.
No obstante, el corte de la carretera se acometerá “en diferentes fases” para que puedan ejecutarse los trabajos necesarios “manteniendo en todo momento el acceso a los residentes y comercios existentes en la vía”. Para ello se han agrupado las actuaciones contiguas bajo el criterio de que “no exista ningún acceso, comercio o residencia entre ellos”.
Para prevenir situaciones de riesgo para nuevos desprendimientos, se han diseñado un total de once actuaciones, que junto a las protecciones existentes en el resto del tramo, tienen como función principal reducir la probabilidad de alcances de las rocas desprendidas a los vehículos. También se plantea sustituir algunos de los elementos ya deteriorados.
Así, para afrontar las once actuaciones en las que se ha dividido la obra, se establecen seis fases distintas para el corte total de la carretera, que atraviesan de media unos 15.000 vehículos diarios.
Como hasta ahora, los vehículos afectados por las obras serán desviados por la Autovía del Mediterráneo A-7 mientras que la N-340a, objeto de la obra, será señalizada con cartelería previa a la zona de corte tanto en Aguadulce como en Almería.
Las actuaciones previstas para las protecciones contra desprendimientos en el proyecto se basan en el empleo de sistemas de protección pasivos, como pantallas dinámicas, como otros activos entre los que se contemplan red de cables, mallas de triple torsión reforzadas y otras colgadas.
El proyecto detalla los problemas detectados en cada uno de los puntos kilométricos analizados junto con sus particularidades, como la proximidad a túneles o a espacios habitados, y las soluciones contempladas para evitar nuevas caídas de rocas, entre las que se dan la instalación de barreras, prolongación de otras ya existentes o desmontes, entre otras posibilidades.