El PSOE de Chacón y Zapatero
Este pasado fin de semana tenían lugar dos hechos significativos en el seno del PSOE; el sábado, Carmen Chacón se postulaba como alternativa, y ayer domingo José Luis Rodríguez Zapatero tomaba la palabra por última vez en el Comité Federal. Pedía para su sucesor el mismo respaldo que él mismo ha tenido durante los 11 años que ha estado al frente de la Secretaría General; eso sí, sin renunciar a la autocrítica. Precisamente eso, la ausencia casi total de crítica -tanto en primera persona como por parte del resto de destacados miembros del partido-, ha sido una constante durante todo este tiempo, cuyos efectos negativos a la vista están.
Es ese PSOE de mediocres, sectario y entregado a los nacionalismos en que ha sido vapuleado en las urnas, primero a nivel autonómico y local; luego, nacional. Y es ese mismo PSOE, por más que diga que hay “mucho por hacer”, el que encarna Carmen Chacón, una criatura política de Zapatero hecha casi a su imagen y semejanza, no menos ignorante, aunque de tintes si cabe más radicales. En el próximo congreso de febrero, los militantes socialistas tendrán ante sí un reto muy importante, cual es elegir el nombre de la persona sobre la que recaerá el peso poco menos que de refundar el partido.
Y a día de hoy, esa disyuntiva no tiene buen aspecto: Rubalcaba, por acción u omisión, y Chacón, por total identificación con todo lo hecho durante las dos pasadas legislaturas, son dos personas del pasado. Sin duda, Rubalcaba, mejor preparado y con un mayor sentido de estado, represente algo mejor los valores del socialismo sensato que gentes como Chacón y Zapatero, en cuyas manos el PSOE ha sufrido el mayor descalabro de su historia, han desbaratado. Con todo, no parece que la solución pase por ninguno de ellos. Sería bueno que alguna cara nueva diera un paso al frente y encabezase un nuevo proyecto, no ya sólo por el bien del partido, sino de todo el país.