La fugaz campaña para las elecciones en Andalucía del diputado raso Manolo Chaves
El diputado raso Manuel Chaves, el hombre con más poder en la Junta de Andalucía y en el PSOE-A durante dos décadas, vivió ayer en Málaga su día más intenso de campaña electoral, la primera que no protagoniza en 20 años y en la que apenas se ha subido a la caravana para recorrer tierras andaluzas, de cara a las elecciones en Andalucía.
Hizo tres paradas: compartió almuerzo con algunos dirigentes socialistas de la Costa de Sol en Benalmádena, participó en un acto sobre educación en la capital con representantes sindicales y ofreció un mitin en una calle de Estepona. Todo un récord teniendo en cuenta la agenda del diputado, completamente apartado del ajetreo electoral de su partido para el 25 de marzo. En ninguno de los casos estuvo acompañado por su sucesor en el Gobierno regional y candidato a la reelección, José Antonio Griñán, que se encontraba a bastantes kilómetros de distancia.
Chaves aparece y desaparece en campaña, pero está más bien fuera de juego y siempre en eventos algo secundarios. Tras el pistoletazo de salida, asistió a un acto en la provincia de Jaén con la número uno de la lista al Parlamento andaluz por esta provincia, Micaela Navarro. Cinco días más tarde dio un mitin en el municipio sevillano de El Arahal, lugar en el que anunció a los periodistas que tenía previstas cuatro apariciones en Cádiz, circunscripción a la que representa en el Congreso y en la que posiblemente vivirá mañana el cierre de campaña. En el acto de Sevilla de Griñán de final de fiesta no se le espera.
Durante su visita a Málaga, el expresidente andaluz ofreció una entrevista a la televisión local de Benalmádena y luego se fue con la comitiva socialista, en la que estaba el secretario del PSOE de Málaga, Miguel Ángel Heredia, y el alcalde, Javier Carnero, a un restaurante del polígono industrial de Arroyo de la Miel, un mesón típico que sirve a diario menús caseros. El expresidente andaluz levantó cierta expectación entre los comensales, aunque nadie abandonó su silla ni su plato para acercarse a él. Los dirigentes socialistas de la Costa del Sol almorzaron en un reservado del local.
Tampoco levantó mucha curiosidad la siguiente convocatoria. Ya por la tarde, se desplazó a la capital para asistir a un debate sobre educación, un acto electoral que su partido organizó en una sede pública de la Junta, la de la empresa Turismo Andaluz, en pleno centro de Málaga. Llegó acompañado de Heredia y en la puerta lo esperaba el número uno de la lista del PSOE malagueño y consejero de Turismo, Luciano Alonso.
Chaves se sentó también junto a los líderes sindicales de Educación Carlos López (UGT) y José Campos (CCOO) y ante un auditorio con algo más de cien personas defendió el modelo de enseñanza pública impulsado por el PSOE en Andalucía durante los últimos 30 años. Fue una reunión al estilo de las programadas por los socialistas durante toda la campaña, de pequeñas dimensiones y sin demasiado público. De hecho, hubo sillas vacías. Chaves, que llegó serio y sin corbata, no llenó.
Está claro que el expresidente del PSOE ha quedado marginado y fuera de la estrategia de campaña de la dirección regional del partido, igual que otros históricos del socialismo andaluz, pero el exministro parece resistirse. Lo que tampoco puede evitar es citar al candidato del Partido Popular y eterno enemigo político, Javier Arenas.
Tras pedir perdón a los asistentes por desviarse del asunto en cuestión, los temas educativos, aseveró que lo que le espera a Andalucía si ganan los populares son las medidas y recortes impuestos en otras comunidades donde ya gobiernan. «¿Va a hacer algo diferente (Arenas) a lo que ha hecho Rajoy al frente del Gobierno?», preguntó.
«No quiero salir mañana en la prensa diciendo que la democracia española está en peligro, pero sí lo está la calidad de la salud democrática por el desmantelamiento del Estado de Bienestar» dijo Manuel Chaves, que dedicó el final de su discurso a alertar sobre el «proceso de conservadurismo agresivo y reaccionario» que, a su juicio, vive el país.
Sobre el escándalo de los expedientes de regulación de empleo (ERE), el uso fraudulento del dinero público de los andaluces, así como la declaración judicial y posterior entrada en prisión de Francisco Javier Guerrero, el principal imputado y director general de Trabajo de la Junta durante parte de su mandato, Manuel Chaves no dijo ni una sola palabra.