Las palancas del cambio

La regeneración de la vida pública es un imperativo para el PP andaluz, que apuesta por una recuperación del valor de la ejemplaridad de los gobernantes para con los ciudadanos. Lo decía hace unos días nuestro presidente y cabeza de lista por Almería, Javier Arenas, cuando presentaba frente a la Alcazaba las líneas básicas de su programa de gobierno del cambio andaluz. Hay que darle un cambio a Andalucía y no porque lo digamos desde el Partido Popular, sino porque las cifras que presenta nuestra comunidad después de treinta años ininterrumpidos de socialismo lo aconsejan. Resultaría un error de incalculables consecuencias volver a otorgar confianza de gobierno a los mismos que, después de tantos años de gestión, han de asumir que el paro supere en Andalucía el 30%. Por eso es imprescindible cambiar Andalucía en el fondo y también en las formas. Los andaluces no soportamos por más tiempo el permanente goteo de escándalos y golferías que retratan el estilo de gobierno ineficaz, indolente e irrespetuoso con la legalidad de los socialistas. Javier Arenas ha explicado muchas veces que la austeridad y el control del gasto público son las claves para un tiempo nuevo que habrá de estar marcado por la exigencia en los comportamientos, las reformas y la implicación de toda la sociedad en un proyecto colectivo ilusionante. La salida de la crisis es tarea de todos y los poderes públicos han de tener mayores exigencias y responsabilidades que los administrados. La gestión de las auténticas aspiraciones de los andaluces no puede estar en manos de quienes sólo aspiran a sucederse a sí mismos o de quienes dan la espalda a los problemas de los andaluces y tan sólo tienen energías para preocuparse de su destino personal y convocar manifestaciones sin disculpar siquiera los actos de violencia y desorden que están provocando los antisistema con los que irresponsablemente parecen haberse aliado. No creo que ése sea el futuro que desea la inmensa mayoría de andaluces para nuestra tierra. Los andaluces demandan de sus políticos la capacidad de generar confianza, empleo, formación y bienestar y no algaradas y disturbios. Y es que la peor de las malversaciones de los gobiernos socialistas no ha sido la que han cometido con los ERES fraudulentos o en los tratos de favor a sus familias y amigos. No hay nada peor que robar el futuro y las esperanzas de los jóvenes andaluces. Y eso es lo que han hecho los socialistas. Por eso creo que el cambio y la regeneración de la vida pública andaluza son las dos palancas que debemos activar para que Andalucía pueda, por fin, tener el futuro que se merece.
Luis Rogelio Rodríguez Comendador
Alcalde de Almería