Nos engañan todos los días y no sabemos cómo reaccionar
Vivimos en la gran mentira y nos callamos porque si hablamos puede ser peor.
¿Para qué escribo? Cada vez que oigo los embustes de los telediarios y su sospechosa unanimidad, pienso que nos mienten. Recibo muchos WhatsApp, algunos me hacen reír y otros me apenan. Por mi parte no tengo habilidad para estas bromas.
Una cosa me resulta clara: que todos los medios de comunicación, salvo escasas excepciones, escriben y publican lo que beneficia a los poderosos. Estos poderosos saben que, para continuar siéndolo, no pueden desviarse de lo que marcan las normas oficiales en Madrid o en Bruselas.
Hay que apoyar el feminismo, aunque las mujeres opten por ser hombres, según las “sabias leyes de la ministra de igualdad”.
Hay que defender antes los derechos de los animales que los de las personas. No sabemos lo que puedan pensar los animales, bien alimentados pero capados. Recuerdo cuando en los estantes de los supermercados había un trocito para comida de animales y alpiste para los canarios. Hoy son cada vez más grandes las estanterías con comida para los animales.
Pobres animales. Los veterinarios conservan unos hermosos ejemplares de los perros o gatos más solicitados para aparearlos y vender las crías, una vez esterilizadas. No tardarán mucho en hacerlo con las personas que cada día tienen más confuso su propio sexo y abundan los “trans”, gente respetable de acuerdo con la ideología de género.
Siguiendo las consignas del poder cada día dedican buena parte de los telediarios a explicar las razones de que los artículos que necesitamos estén cada día más caros, pero ocultan que cuanto más caros paguemos las cosas el gobierno más recauda.
La guerra de Rusia contra Ucrania también sirve de argumento estatal para subir el precio de la gasolina y el del gas. Con estas premisas se dedican a asustar al personal con la escasez de agua, de electricidad, razones por las cuales tenemos que empezar a economizar agua bañándonos menos o haciéndolo de dos en dos. (Terminarán prohibiendo tirar de la cadena del inodoro hasta tanto no haya sido utilizado por toda la familia).
Si preguntamos a nuestros niños cosas elementales de historia o de gramática quedaremos bastante corridos ya que los centros educativos no están para esas antiguallas. Hay que explicarles el derecho que tienen al aborto o al cambio de sexo son que los padres puedan intervenir, aunque luego tengan que firmarle la oportuna autorización para ir de excursión.
Otra cosa de la que tenemos prohibido dudar es del cambio climático y su consecuencia: para salvar el planeta sobra gente, así que menos niños y más perritos falderos.
Si argumentas que siempre hubo sequias y temporales puedes recibir una sonora pitada.
Si hablamos de las pensiones, de la asistencia sanitaria, del paro etc. siempre “tendrán” razones para tratar de taparte la boca. Nunca hubo un gobierno como éste, lo cual es verdad. Lo malo es que quiere perpetuarse.
Si tienes la osadía de decir que estamos en manos de Dios lo más seguro es que te digan beato y dejen de invitarte a nada.
En fin, que así están las cosas.
-Francisco Rodríguez-