Palabras del Delegado episcopal para el Patrimonio cultural de la Iglesia

Antes que nada, quiero subrayar el compromiso de la Iglesia católica española por ser fiel al cumplimiento de lo tratado en el Artículo XV relativo a la enseñanza y otros asuntos culturales de los Acuerdos Internacionales entre el Estado español y la Santa Sede, firmados en 1979. En este sentido, ha sido y sigue siendo voluntad de la Iglesia mantener una positiva colaboración con las instituciones estatales en la conservación, acrecentamiento y difusión del rico y variado patrimonio cultural eclesiástico, puesto al servicio de toda la sociedad española.
Dicho esto, un primer dato, que salta a la vista leyendo el libro La Iglesia del Convento de los agustinos de Huécija (Almería) Restauración y memoria de una obra singular del barroco almeriense, es la total ausencia de referencias al papel de la Iglesia Católica, y en concreto de la Iglesia almeriense, en todo lo relativo al proceso de restauración realizado en los últimos tiempos en esta iglesia, como si el edificio hubiese sido abandonado por ella (de hecho el término “abandono” aparece usado al describir el estado del templo anterior a estas últimas obras). Además, en el relato de los hechos contemporáneos parece como si la Iglesia estuviese totalmente ajena a todo, al menos el silencio sobre su papel puede llevar a pensar eso.
Es cierto, evidentemente, que la Iglesia (entendida en este caso tanto como el Obispado, persona jurídica propietaria del templo, cuanto como la Parroquia de la Anunciación de Huécija, comunidad humana usufructuaria del mismo) no ha colaborado con la edición de este libro monográfico. Por otra parte, desconozco si se le solicitado por las entidades editoras esta colaboración. Pero no es menos cierto, aunque no se cite expresamente, que también, como propietaria, ha tenido un papel importante, aunque silenciado, en este proceso.
Por eso y para una más completa visión del conjunto, por supuesto sometida a crítica y revisión, expongo las siguientes puntualizaciones:
1.- El programa Andalucía Barroca 2007 fue presentado, en el año 2004, a la Comisión Mixta Junta de Andalucía-Obispos de la Iglesia Católica de Andalucía para el patrimonio cultural, organismo que, desde su creación en 1985, es el encargado de coordinar la colaboración de estas dos instituciones en la intervención sobre el patrimonio cultural de la Iglesia católica en Andalucía. Desde un principio toda la Iglesia de Andalucía, incluido el Obispado de Almería, se prestó a colaborar en el desarrollo de este programa. Fruto de esta colaboración de la iglesia diocesana almeriense con el programa Andalucía Barroca 2007 han sido las restauraciones del Retablo mayor de la Iglesia parroquial de la Asunción de Huércal Overa y del Órgano de la Iglesia parroquial de la Encarnación de Vélez Rubio, así como los préstamos de obras eclesiásticas para la Exposición temporal realizada con tal motivo en la ciudad de Almería.
2.- En esta línea de colaboración se sitúa, también, el proyecto de restauración de la Iglesia del antiguo Convento de Santa María de Jesús de la parroquia de la Anunciación de Huécija, edificio de clara factura barroca, cuya intervención finalmente fue incluida, con el beneplácito del Obispado de Almería, en el programa Andalucía Barroca 2007.
3.- El templo del antiguo Convento de Santa María de Jesús, una vez rescatado por la Iglesia tras los procesos desamortizadores del siglo XIX, fue destinado entonces para ayuda de parroquia, asimilada a la parroquial de la Anunciación de Huécija. Así ha venido funcionando hasta el último tercio del recientemente acabado siglo XX, cuando pasó a ser iglesia principal, debido al deterioro de la fábrica del templo parroquial. Y así es deseo de la Iglesia que continúe siendo; deseo expresado en reiteradas ocasiones, como verbigracia insistía el Vicario General de la Diócesis en escrito dirigido a la Delegación Provincial de la Consejería de Cultura, con fecha 8 de mayo de 2006 (Prot. 51/2006), señalando la intención del Obispado de Almería de “recuperar el uso como primera iglesia parroquial de este templo, abierto al culto y con todas las funciones propias de una parroquia, así como su disposición a prestarlo ocasionalmente para otros usos culturales previamente autorizados por la autoridad eclesiástica”. También, en una Carta del Delegado episcopal para el Patrimonio cultural de la Iglesia, de fecha 5 de febrero de 2008, dirigida al Director del diario La Voz de Almería, aunque no publicada por el medio, y de la que se envió copia a la Delegación provincial de Cultura, a la Parroquia (para su difusión entre la feligresía) y al Ayuntamiento de Huécija, se afirmaba: “El uso principal y preferente de esta iglesia para el culto no obsta, sin embargo, para que el Obispado de Almería mantenga la voluntad reiterada de la Iglesia de continuar poniendo al alcance y servicio del pueblo español sus bienes culturales. En este sentido, el uso extralitúrgico de este templo está sometido, pues, como todos los demás templos de la diócesis, a la autorización previa por parte del Obispado de Almería, que, a su vez, tendrá en cuenta la normativa eclesiástica sobre la cuestión y que las actividades culturales propuestas no entren en colisión con la naturaleza sagrada del lugar, además de considerar la firma de Acuerdos de Colaboración con las entidades públicas o privadas interesadas en la cuestión”.
4.- Como bien se afirma en el discurso del devenir histórico de este templo relatado en el libro de nuestra consideración, la aparición de grietas en las paredes y en la bóveda de la nave central aconsejó el cierre temporal de la iglesia conventual. Así, en 1985, cesaba el culto habitual en esta iglesia y se trasladaba provisionalmente al templo de la Anunciación, mientras se realizaban los estudios pertinentes y se procedía a las obras de su restauración.
5.- El largo tiempo de espera que transcurría para acometer la restauración de la estructura dañada del templo, ciertamente iba acrecentando el progresivo deterioro y la imagen de abandono que ofrecía el edificio. Mientras tanto, en la medida que hubo posibilidades económicas, se realizaron intervenciones puntuales, entre las que destaca por su mayor relevancia la restauración de las cubiertas, promovida y financiada conjuntamente por la Junta de Andalucía, el Ayuntamiento de Huécija y el Obispado de Almería. Así, entre los años 2003 y 2004, mediante dos intervenciones sucesivas de gran calado, se sustituyó la tablazón dañada, se colocó una placa impermeabilizante y se retejaron las cubiertas de la cabecera, del crucero y de la nave del templo.
6.- La intervención final, a la que responde la edición del citado libro, ciertamente supone la recuperación de la integridad estructural del edificio de esta iglesia del antiguo Convento de Santa María de Jesús. Sin entrar a valorar los resultados de la misma, sí parece adolecer de un planteamiento inicial equivocado o al menos incompleto, pues no ha respetado precisamente lo que dota de singularidad a la edificación, que es su funcionalidad como edificio religioso, destinado primordialmente al culto católico. Conviene no olvidar que, por sí mismo, el culto es también un elemento cultural valioso y aún beneficiosamente activo en la construcción de nuestra sociedad civilizada. Siendo benévolos en el juicio, podríamos entender que la obra realizada según el proyecto “Restauración de la Iglesia del Convento de los Agustinos de Huécija (Almería)”, promovido por la Junta de Andalucía, ha conceptualizado como un elemento del pasado histórico de esta edificación su función como templo, que, desde el presente en adelante, es sustituida por una aconfesional función de “equipamiento cultural”
7.- Este equívoco planteamiento quizás sea el motivo que explique el hecho de que se han obviado las observaciones respecto al uso cultual de esta iglesia, que el Obispado de Almería proponía tener en cuenta y señalaba en el escrito, que comunicaba la concesión de la autorización preceptiva a la Delegación de Cultura, previa al inicio de las obras (02-04-2007, Prot. 32/2007).
8.- Posiblemente, también por la misma razón, haya que entender el hecho de que no se han respetado las indicaciones que, en el Estudio Material y de estado de conservación y propuesta de intervención de los elementos ornamentales de la Iglesia de los Agustinos, el mismo proyecto proponía de conseguir la actuación consensuada entre la propiedad, el organismo tutelar, la dirección técnica y los técnicos de restauración en las intervenciones restauradoras. Ni las autoridades eclesiásticas correspondientes ni los medios diocesanos encargados de los asuntos relativos al patrimonio cultural de la Iglesia, han sido formalmente convocados para debatir cuestiones relativas al desarrollo de las obras ni para intervenir en decisiones de suma importancia tomadas en el curso de las mismas.
Todo lo dicho no pretende hacer una revisión crítica del proyecto desarrollado y ejecutado ni de los presupuestos que lo han animado. Pero es justo y necesario señalar la vigencia y el valor de la función cultual y religiosa primordial de este edificio, así aceptada y así querida por la casi totalidad del pueblo de Huécija, deseoso de recuperar su iglesia, y por toda la comunidad católica diocesana. Para la completa rehabilitación y puesta en valor del edificio, queda pendiente, pues, otra intervención que acometer con urgencia, para la que el Obispado ya ha dado los pasos previos necesarios, a falta de definir su financiación. Se trata de la adecuación al culto católico de este edificio, siguiendo las orientaciones de las directrices litúrgicas de la Iglesia, para que sea lo que desde su origen ha sido siempre: la iglesia de Santa María de Jesús, adscrita a la parroquia de la Anunciación de Huécija desde el siglo XIX, tras la supresión del Convento de padres agustinos calzados, del que formó parte esencial con su construcción en el siglo XVIII. Una vez recuperados y consagrados al culto los diversos espacios celebrativos, Dios mediante, la Iglesia diocesana almeriense con gran beneplácito ofrecerá a la fruición de la comunidad católica, del pueblo de Huécija y de toda la sociedad en general este edificio religioso.
Francisco Fernández Lao,
Delegado episcopal para el Patrimonio cultural de la Iglesia.