Procesión penitencial por el casco histórico del colegio Juan Pablo II – Mater Asunta

En la tarde del miércoles de Pasión, en casco histórico de la capital ha tenido ocasión de contemplar un cortejo procesional integrado por la comunidad educativa del Colegio “Juan Pablo II” Mater Asunta, cuyo lema es “Educar en la verdad para ser libres” y a su vez con este testimonio propio del catolicismo popular, transmitir la pasión por ser cofrades.
Procesión bajo la dirección espiritual de la capellanía, el canónigo secretario Rvdo. Andrés Rodríguez Quesada, que con el cortejo procesional de la piedad popular que se ha llevado a cabo en esta Semana de Pasión, se pone de manifiesto la educación que reciben los alumnos que miran con amor a la persona y la elevan a su plenitud, en comunión con su obispo diocesano.
Desde el Paseo de San Luis han recorrido varias calles del casco histórico hasta llegar a la puerta principal de la Santa y Apostólica Iglesia Catedral de la Encarnación, emulando con gran rectitud cristiana y solemnidad barroca la esencia de una Estación de Penitencia, haciéndole entrega la dirección académica del Colegio al hermano mayor de la Real, Ilustre, Concepcionista y Universitaria Cofradía de los Estudiantes de un dulce y sencillo ramo de flores del tiempo para que sea depositado ante los Sagrados Titulares de esta Hermandad penitencial del Miércoles Santo.
Al cortejo procesional no le faltaba detalle alguno propio de este tipo de procesiones de la religiosidad popular, con sus sendos pasos de Cristo y la Virgen, portados a hombros por jóvenes alumnos a los compases musicales penitenciales de la Agrupación Musical “Nuestra Señora del Mar”, entonándose la canción de “La Saeta” del gran poeta Antonio Machado por una alumna al paso cristífero en la misma puerta del templo catedralicio, lo que ha levantado entre los asistentes unos emotivos aplausos de fraternidad.
Los escolares, en silencio y con gran recogimiento, aunque saludando con alegría y gozo a todos los familiares que acudieron a ver la comitiva, recorrieron las calles aledañas al colegio Juan Pablo II, haciendo una especial parada al discurrir por la Casa Hermandad del Prendimiento en la vetusta Plaza de Bendicho y continuar su peregrinaje pasando por el “Sol de Villalán o Portocarrero” entre los elevados muros de la Catedral Fortaleza y la joya del Hospital Real de Santa María Magdalena.


