Se perderá medio millón de empleos en 2012
¿Cuánto empleo perderemos en 2012? Lo que dice el Banco de España es que perderemos un 3 por ciento. Pero no sabemos con cuántos trabajadores acabamos 2011, ya que para eso tenemos que esperar a la EPA del cuarto trimestre de 2011, que conoceremos este viernes, 27 de enero. Podemos hacer el cálculo de esa caída del 3 por ciento si se produjera desde el tercer trimestre de 2011, último para el que tenemos datos. Es razonable, pues una de las cosas que observa el Banco de España es que en los últimos tres meses de 2011 empezó la recesión (el PIB cayó tres décimas en esos tres meses). En tal caso, desde los 18.156.300 empleados que había en septiembre de 2011 se perderían más de 544.000 empleos. En 2012 1) la caída se hará desde un número menor y 2) el último trimestre de 2012 será previsiblemente menos malo que el de 2011. Pero podemos pensar que se perderá en torno a medio millón de empleos el año que viene.
Esta destrucción neta de empleo se da la mano con el aumento del paro. El boletín del Banco de España calcula que, según sus previsiones, la tasa de paro podría alcanzar el 23,4 por ciento en 2012, y el 23,3 por ciento en 2013. En la época de Felipe González llegó a rozar el 24 por ciento. Pensábamos que alcanzar esas tasas era inviable, pero ahora parecen perfectamente posibles. El Banco de España tiene en cuenta la caída del empleo, pero también una menor población activa, debido al menor número de inmigrantes, que por razones obvias ya no ven a España aquél paraíso de trabajo y papeles de cuando llegó Zapatero al poder. Lo peor de estas cábalas sobre el futuro del mercado laboral es que no se creará empleo neto hasta la segunda mitad de 2013.
Lo que explica esta pavorosa previsión sobre el empleo son sus perspectivas sobre la actividad. El Banco de España señala que sus previsiones (cualquier previsión, en realidad), debe ser tomada con mucha cautela, “por las condiciones excepcionales en las que el ejercicio se ha realizado, y en particular por el carácter normativo de los supuestos fiscales adoptados y por la compleja situación que atraviesan la zona del euro y los mercados financieros”.
Vuelve a apreciar la marcha de los últimos tres meses de 2011 y observa que “la economía española se contrajo en el cuarto trimestre de 2011, con una caída intertrimestral del PIB del 0,3 por ciento, trayectoria que podría continuar en el presente año”. Pero con estas precauciones en mente, se lanza con su previsión: “Una caída sustancial del producto de la economía española en 2012 (—1,5 por ciento) y una modesta recuperación en 2013 (0,2 por ciento), con tasas positivas desde el primer trimestre del próximo año, de forma que la economía española se iría aproximando a su ritmo de crecimiento potencial”.
Estas previsiones tienen en cuenta dos condiciones. La primera es que el Gobierno realizará todos los ajustes presupuestarios necesarios para reducir el déficit público desde su nivel a finales de 2011 (que calcula en el 8,1 por ciento) hasta el 4,4 con el que se ha comprometido el Gobierno. Bien es cierto que el compromiso con ese objetivo está flaqueando. Y la otra condición es que el Gobierno no ha aprobado una verdadera reforma laboral. Si se mantiene el objetivo de déficit, pero se liberaliza de verdad el mercado laboral, podemos esperar un decrecimiento menos pronunciado, un aumento menor del paro y quién sabe si una vuelta al crecimiento neto de empleo en un plazo más cercano.