Ser cofrade: Hossana, Aleluya y Amén

Gracias fraternales a la Cofradía de la Expiración de las 200 Viviendas
La florida pascua primaveral se hace fuerte en la indaliana provincia de Almería cuando las calles huelen a azahar, geranios, jazmines y galanes de noche y hasta azucenas, empieza a apretar el calor con la fuerza del mediterráneo sur y justo en su octava litúrgica se acaba de recoger en su iglesia de Montserrat la última procesión de una Semana Santa para el recuerdo y plenitud de unas Hermandades y Cofradías de penitencia y también de gloria, que en comunión eclesial diocesana, han dado testimonio de su catolicidad popular.
Ha quedado de manifiesto y probado de forma fehaciente y pública el poder de convocatoria de las Cofradías, no solo durante la Cuaresma y la Semana Santa y todo el año cofrade, sino con la Procesión Magna organizada por la Agrupación de Hermandades y Cofradías de la capital con la colaboración, especialmente, del Obispado, Catedral, Parroquias, Ayuntamiento, Diputación y Junta de Andalucía, que se llevó a cabo en el mes del Rosario de octubre, y que fue todo un éxito de apostolado seglar con influencias del hecho religioso en los ámbitos de la tradición cultural.
También hay que reflejar la cooperación en la catequesis plástica de la religiosidad popular, los medios de comunicación social escritos, radiofónicos y televisivos, así como, en sus respectivas redes sociales telemáticas; y de la Peña Flamenca “El Morato” y “El Taranto”, en esta última se celebró una exposición de enseres religiosos.
Asimismo, ha quedado de forma notoria, que nuestras Hermandades y Cofradías no pueden entenderse más que desde la Fe y ésta comunitariamente vivida como hijos de Dios, abrazando la Cruz de la Escucha a su paso estacional pasionista por la Catedral de la Encarnación con el silencio del antifaz, el costal, la mantilla, el escapulario, muceta o la dalmática diaconal, y de esta forma en cada cofrade haya de verdad y siempre un hombre o una mujer necesarios para ser un cristiano y para que ese cristiano pueda llevar el apellido que ha escogido: el de cofrade.
Las calles se convirtieron en templos abiertos, su cielo como palio, su incienso aire y sus flores como ofrenda. Las Hermandades y Cofradías son una respuesta válida del ser y de futuro con sus carismas y sus nobles sentimientos pero siempre religiosas porque si no, se desvirtúa, cae su razón de ser, y dejan de ser útiles a las necesidades de la Iglesia y del Pueblo de Dios, un movimiento verdaderamente comunitario, estando dentro porque queremos, y no porque tengamos que estar.
Un paréntesis a esta reflexión.
Por motivos personales este año me permitieron procesionar penitencialmente la tarde noche del Martes Santo con el negro hábito de nazareno y rojo antifaz en la humilde y venerable Cofradía del Santísimo Cristo de la Expiración del barrio de las 200 Viviendas en Roquetas de Mar, que bien conocen los vecinos lo que son las llagas del Cristo y su sagrado Cuerpo y la loable labor pastoral que realiza la comunidad parroquial de Iglesia de san Juan Bautista. Gracias fraternales por permitidme ir con vosotros haciendo profesión solemne de nuestra Fe y poder cumplir el juramento de silencio con la oración del Vía Crucis, haciéndome sentir sentir cofrade y roquetero.
Felices Pascuas de Resurrección. Paz y Gloria en concordancia espiritual con el saludo franciscano de Paz y Bien.
-Rafael Leopoldo Aguilera-