Auxilio al vencedor
Viendo las andanzas mediáticas de Alfredo Pérez Rubalcaba (antes Alfredo a secas) y Carmen Chacón (antes Carme y/o Carma) puedo compartir el desconcierto y el estupor de más de un simpatizante socialista al ver que sus dos únicas opciones de futuro estén tan cargadas de pasado. No es necesario emplear demasiadas líneas para describir todo el porvenir que puede representar alguien que ya era actualidad en las filas socialistas cuando la tecnología punta era el ciclostil y la brocha con engrudo. Y eso, sin entrar en su participación en operativos y decisiones de las que ahora abjura buena parte de esa misma militancia. Lo que quizás necesite un poco más de calma sea analizar el aire de pretendida novedad con la que se está tratando el legítimo y bien estudiado intento de la señora Chacón por dirigir el PSOE. Sorprende que nadie de los que ahora se arremolinan con ella no recuerden que la renacida olulense no se limitó a ser parte activa de la calamitosa y castigada gestión de Zapatero al frente del Gobierno, sino que en muchos sentidos fue la versión femenina del propio Presidente, que la tomó del PSC para enseñarle a decir con voz de bífidus activo ese discurso buenrollista a mitad de camino entre Rodiezmo y Disneylandia. Por eso digo que no deja de ser paradójico que el futuro del PSOE acabe siendo su pasado más lejano o su pasado más próximo. Ahora, lo que no sorprenderá a nadie será ver este sábado aplaudiendo a Rubalcaba a muchos que el pasado sábado hicieron lo mismo con Chacón. Y es que lo que permanece inalterable es esa filantrópica vocación política de correr en auxilio del vencedor. O de la vencedora.