EL CONFIDENCIAL.- La economía destruyó 570.000 empleos en 2011, la mitad del ‘ladrillo’
Vuelta a empezar. La economía española regresa a tasas negativas en términos intetrimestrales, pero lo que es todavía peor, ha iniciado una senda adversa que durará, al menos, hasta el tercer trimestre de este año. ¿La causa? La debilidad general de todos los componentes del PIB, en particular del consumo, tanto público como privado. Pero también del comercio exterior. Sólo el desplome de las importaciones (en coherencia con la caída del consumo y de la inversión) explica que la contribución al crecimiento de la demanda externa haya vuelto a aumentar. Hasta aportar nada menos que 3,2 puntos de crecimiento económico.
Los datos publicados este miércoles reflejan una caída del PIB de tres décimas respecto del trimestre anterior, y un avance de siete décimas en términos interanuales. Pero con una importante novedad. El gasto público, que hasta mediados del año pasado todavía tenía un fuerte comportamiento anticíclico, arrastra ahora también a la economía. Cayó un 3,6% en el cuarto trimestre en términos interanuales (el triple que el sector privado), aunque en el conjunto del año el retroceso se situó en el -2,2%.
De la quema no se salva la inversión. Ni siquiera la construcción, que pese al durísimo ajuste que ha sufrido desde 2007, vuelve a caer. Lo mismo sucede con los bienes de equipo, cuya evolución regresa a tasas negativas (-2,7%) por primera vez desde el primer trimestre de 2010. El sector de la construcción se desploma un 8,2%, lo que pone de relieve que el ‘ladrillo’ lejos de salir del agujero se sigue arrastrando por el subsuelo.
La consecuencia no puede ser otra que un deterioro adicional del mercado del trabajo. Hasta el punto de que el empleo vuelve a caer de forma abultada. Nada menos que un 3,3% al cuarto año de crisis económica. O lo que es lo mismo, el año pasado, según Estadística, la economía española perdió 570.000 empleos a tiempo completo, lo que refleja tanto la dureza de la crisis como el hecho de que el ajuste se está cebando en el mercado de trabajo. Y, en particular, en el sector de la construcción, que sigue sin tocar suelo.
La mitad de esos 570.000 empleos destruidos (287.000) tienen que ver con la construcción, 187.00 proceden de los servicios y 88.000 puestos de trabajo de la industria, lo que muestra que ningún sector se salva de la crisis.
Ajuste vía despidos
Esto significa que el ajuste de la economía se sigue haciendo por la vía de los despidos. Los datos del INE reflejan que el la remuneración por asalariado creció un 1,1% en términos anuales en el cuarto trimestre del año pasado, llevando la productividad hasta un crecimiento desconocido. La productividad por ocupado avanza nada menos que un 3,7%. Hay menos empleo, pero, paradójicamente, crece la jornada media a tiempo completo, que pasa de aumentar un al 1,1%. Al 1,6%.
Más horas trabajadas y menos empleo provoca que el coste laboral por unidad de producto (CLU) disminuya hasta el –2,5%, situándose más de tres puntos y medio por debajo del deflactor implícito de la economía. Es decir, que las empresas producen más con menos, pero a costa de continuar con el proceso de ajuste de plantillas. La población ocupada a tiempo completo desciende hasta los 17,2 millones.
Esta (mala) evolución de empleo afecta, como es lógico, a la distribución del PIB desde el lado de las rentas. Y lo que dice la Contabilidad Nacional es que mientras la remuneración de los asalariados retrocedió un 1,1%, el excedente bruto de explotación (los beneficios empresariales) creció un 6,3%. Por el contrario, los impuestos ligados a la producción y las importaciones cayeron un 1,5%, principalmente por el deterioro del consumo.