El Juli se ‘merienda’ la tarde en Almería
Morante, que puso banderillas, y Manzanares también cortaron una oreja de una buena corrida Zalduendo.
Las restricciones impuestas por la pandemia dejaron a los espectadores sin la tradicional merienda, pero fue Julián López El Juli quien se merendó la tarde consiguiendo la primera Puerta Grande del ciclo. El torero madrileño obtuvo una oreja de cada uno de sus astados de Zalduendo que lidió una corrida noble y con calidad de la que también obtuvieron premio Morante, que incluso puso banderillas, y Manzanares.
Morante le pegó al primero doce muletazos de categoría. Los que el toro tenía. Fueron tan excelsos, tan de verdad, tan auténticos, que valieron por sí solos la oreja que recibió. Al cuarto lo saludó con dos largas cambiadas, le ligó hasta diez chicuelinas y se superó en banderillas, con un último par al quiebro soberbio. La plaza se volvió loca. Hubo muletazos de gran calado con el toro embistiendo y el público volcado, pero no acertó con la espada.
El Juli cortó la oreja del segundo, toro noble y obediente, que además tuvo duración y al que El Juli le dispuso una faena de muletazos largos y ligados coronados acero en mano además. El quinto dejó mucho estar al maestro madrileño que primero lo pasó por ambos pitones para acabar jugando en la corta distancia, haciendo girar al animal en torno a su anatomía en medio del clamor del público almeriense que le pidió las orejas con fuerza, aunque el presidente sólo concedió una.
Manzanares sorteó por delante un toro con clase al que toreó con empaque y expresión. Además lo mató de un soberano volapié. Al sexto lo administró a la perfección, en series de cuatro muletazos, aliviándolo al principio, exigiéndolo después. Entró la espada, se pidió la oreja pero el presidente no tuvo a bien concederla.