EL PAÍS.- El gasto en pensiones subirá en 4.500 millones de euros durante este año
Apenas acaba de comenzar el año y ya ha quedado claro cual será la senda que va a seguir el gasto en pensiones este año. En enero la nómina total de las pensiones contributivas ascendió a casi 7.300 millones, un 4,6% más que en el mismo mes del año pasado. Si se mantiene la tendencia durante todo el año, lo que suele ser lo habitual, el aumento del gasto en pensiones contributivas se puede estimar unos 4.500 millones, una cantidad cercana a los más de 5.000 millones que Hacienda pretende recaudar de más con el aumento del IRPF decretado el pasado diciembre.
Todavía falta por conocer a cuanto ha ascendido el gasto en pensiones de 2011. Pero con los adelantos mensuales de nóminas y los datos de ejecución presupuestaria, publicados hasta noviembre, se puede adelantar que el año pasado se pagaron en torno a 99.500 millones de euros en pensiones contributivas, a los que hay que sumar 2.231 millones de en pensiones no contributivas que paga el Imserso. Así el gasto total de esta partida ascendió a poco más de 100.000 millones, sin tener en cuenta a los funcionarios jubilados.
El incremento en el gasto de las pensiones contributivas en enero tradicicionalmente se mantiene estable en los 11 meses restantes. Solo el año pasado hubo una variación más grande de lo habitual, un fenómeno que desde la anterior Administración se atribuye a la incertidumbre que se generó durante la negociación de la reforma de la ley de pensiones aprobada en 2011 y al temor a que el aumento en la edad de jubilación se tradujera en una menor pensión futura.
Otra vía para calcular el incremento del gasto de prestaciones es fijarse en lo que ha aumentado el número de jubilados o prejubilados en los últimos años. Según la EPA, en 2011 crecieron en un 2,9% (cinco décimas más que el incremento de pensionistas según los números provisonales de la Seguridad Social hasta noviembre). A este porcentaje hay que añadirle un 0,6% porque los nuevos jubilados —sobre todo las mujeres— tienen pensiones mayores por su bases de cotización más altas y más años cotizados. La suma se completa con el 1% la revalorización que el Gobierno decretó el pasado diciembre. Esto daría un porcentaje de variación anual del 4,5%. Es decir, unos 4.500 millones más de gasto en todo el año. Siempre y cuando la inflación de noviembre no supere la revalorización de las pensiones, lo que obligaría a compensar a los pensionistas por el poder adquisitivo perdido.
Este incremento añade un nuevo obstáculo al objetivo comprometido con Bruselas de rebajar el déficit al 4,4% del PIB en este año. El sistema de pensiones, según el plan de Estabilidad, debería cerrar sus cuentas este año con ganancias. Ya lo tendría que haber hecho el año pasado y, en cambio, acabó con unos números rojos de poco más de 600 millones.
No obstante, el sistema de pensiones hubiera esquivado las pérdidas en 2011 si se cumpliera estrictamente el Pacto de Toledo. Este acuerdo parlamentario contempla que el gasto de prestaciones con complementos a mínimos (una partida para las prestaciones que no llegan al umbral mínimo) sea asumido por impuestos y no con cotizaciones sociales. La Administración central ha ido asumiendo parte de este gasto en los últimos años, pero todavía no lo hace íntegramente, lo que obliga a la Seguridad Social a poner unos 4.000 millones para completar la partida.
Pero si algo amenaza las cuentas de la Seguridad Social, no es el aumento del gasto, sino la caída del empleo. El Banco de España, y la mayoría de servicios de estudios, esperan que este año se destruyan unos 500.000 puestos de trabajo. En el instituto público tradicionalmente sitúan el umbral de equilibrio entre ingresos y gastos del sistema en los 17 millones de cotizantes. 2011 acabó con 17,2 millones de trabajadores pagando cuotas. Es decir, si las previsiones se cumplen se bajará del umbral y acabará con déficit el año.
Estos números rojos no quiere decir que la Seguridad Social se quedé sin recursos para pagar las pensiones. Además del dinero sobrante que acumula en la tesorería, el colchón del que ha tirado este año, existe el Fondo de Reserva, que acumula casi 67.000 millones. Ahora, recurrir a la llamada hucha de las pensiones exige que haya “déficit estructural”, lo que se define en su reglamento como encadenar un año y medio de pérdidas.
El aumento inicial de unos 4.500 millones en pensiones contributivas se aproxima a los más de 5.0 millones de más que el Ejecutivo pretender recaudar con el incremento del IRPF. No obstante, hay que tener en cuenta que parte del dinero que se paga en pensiones volverá a las arcas de la Agencia Tributaria por la combinación del aumento impositivo y la revalorización del 1%.