El Paso de Misterio de las Penas acoge para el 2024 las imágenes de San Pedro, Santiago y San Juan

El catolicismo popular almeriense da un paso más en su dramaturgia procesional penitencial con las imágenes del maestro Álvarez Duarte
La Hermandad Dominicana y Cofradía de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de las Penas en el abandono de sus Discípulos, María Santísima del Rosario del Mar en sus Misterios dolorosos, Santa María Magdalena y Santo Domingo de Guzmán de la capital almeriense ha adquirido a la a la Real, Ilustre, Antigua, Fervorosa y Franciscana Hermandad Sacramental y Cofradía de Nazarenos del Santo Sudario de Nuestro Señor Jesucristo, santísimo Cristo del Buen Fin, Nuestra Señora de la Palma Coronada, San Francisco de Asís y San Antonio de Padua, tres imágenes sagradas que años atrás formaban parte del Paso del Santísimo Cristo del Buen Fin, las efigies José de Arimatea, Nicodemo, María Magdalena y un soldado romano, todas ellas salidas de la gubia del siempre recordado y magistral escultor – imaginero sevillano Luis Álvarez Duarte, q.e.p.d.
Tras meses de negociación entre ambas corporaciones penitenciales, con sus hermanos mayores, Juan Antonio Díaz Rico por parte de Cofradía del Buen Fin y María Luisa Muñoz del Pozo Segovia por la Cofradía del Rosario del Mar han finalizado y concluido de forma favorable, este fin de semana, con la firma del documento contractual de adquisición y cuya bellísimas imágenes formarán parte el Jueves Santo del 2024 del Paso de Misterio de Nuestro Padre Jesús Penas en el Abandono de sus Discípulos, obra sublime del también artista sacro y hermano mayor honorario de la Hermandad del Rosario del Mar, Luís Álvarez Duarte, y que actualmente tiene su sede canónica y se encuentran al culto público sus devocionales imágenes en la Iglesia parroquial de San Juan Evangelista en el Barrio de la Almedina.
El conjunto de otros personales de la Pasión representaban el momento en que José de Arimatea recibe el permiso de un centurión romano para hacerse cargo del cuerpo de Jesús, en presencia de Nicodemus y María Magdalena, aunque ahora cambiarán su lectura evangélica, pasando a ser San Pedro, Santiago y San Juan, manteniendo solamente la representación del romano.
El proyecto artístico de reconversión plástica sacra estará dirigido por el cofrade y magistral diseñador de enseres religiosos e imágenes sagradas, Álvaro Abril Vela, en virtud del acuerdo que adoptó por el Cabildo General de Hermanos celebrado el pasado día 10 de septiembre en la Casa de Hermandad sita en la Calle Reyes Católicos 38. Un paso muy significativo para poder conocer la Pasión de Cristo que le llevó a la Muerte y Resurrección.
Una plasmación del Evangelio de San Juan 6, 60-70, en el sentido de que podrá vivirse ese pasaje histórico henchido de tragedia, porque es el principio del fin. Había habido un tiempo cuando la gente venía a Jesús en grandes multitudes. Cuando estuvo en Jerusalén para la Pascua, muchos vieron Sus milagros y creyeron en Su nombre. Tantos vinieron a que los bautizaran los discípulos de Jesús que su número creaba problemas. En Galilea, la muchedumbre había salido en Su seguimiento el día antes. Pero ahora el cariz había cambiado; desde ahora en adelante habría un odio creciente que culminaría en la Cruz. Juan nos introduce en el último acto de la tragedia. Son circunstancias así las que revelan los corazones de las personas y las muestran tal como son en realidad. Y es el ejemplo para los cristianos y, especialmente, cofrades que la decisión que se debe de adoptar, no es el abandono de la Palabra de Dios, sino con lealtad y amor estar junto a Él en todo momento porque Jesús es el único que tiene palabras de vida eterna.
Loable y plausible labor pastoral la realizada por la hermandad del Rosario del Mar en esta adquisición providencial, que vendrá a dar a esta cofradía penitencial y al conjunto de la dramaturgia procesional almeriense, nuestra Semana Santa, un paso más en acrecentar el apostolado de la catequesis plástica, que esta asociación pía realiza en la tarde noche del Jueves Santo por las calles del casco histórico de la capital indaliana en un cortejo de elevada prestancia piadosa.
Rafael Leopoldo Aguilera Martínez