La España silenciada se manifiesta en Madrid

En la vetusta y señera Madrid, capital del Reino de España, se celebró este pasado sábado invernal, una manifestación organizada por la sociedad civil con el lema “Por España, la Democracia y la Constitución”, que con independencia del número de personas que asistieron o no, pone de manifiesto el sentir sensible de una parte de las gentes de este amado país, su descontento racional con la forma de llevar la gobernanza nacional y la gestión pública, toda ella viciada a dejar en el rescoldo de las tribulaciones institucionales al numeroso número de millones de electores antagónicos al discurrir con aires de nepotismo los acontecimientos políticos que hipotecarán el futuro más mediato de España.
Los males comenzaron cuando a través de la mentira compulsiva, siguiendo la alegoría de don Juan de Borja en sus empresas morales, a las hormigas les salen las alas y pretenden vivir por sí solas, desintegradas del orden causal del hormiguero, buscando afanosas su bien particular y no el común, como si pudieran ser el moviente principal de su vida, a expensas de cualquier viento de mala fortuna. Es entonces cuando las alas son, para este laborioso insecto, su fatal perdición, y de miembro fructuoso de la comunidad, se convierte en factor de males y desórdenes.
No ha sido digno para este Estado democrático y social hacer el pasado añicos, al cuestionar el loable y plausible trabajo institucional de la Transición política y realizar pactos contra natura en los cuatro últimos años que se han encaminado a través de los sectores que quieren destrozar y hundir a la Patria de la que nos sentimos orgullosos de vivir en ella, hasta que la Providencia nos llame, escuchando el sonido de nuestro himno nacional y el ondear de nuestra bandera.
Independentistas de diverso signo político, pero secesionistas y defensores, algunos de ellos de la violencia terrorista, que tuvo en jaque a la España democrática 40 años con más de 900 víctimas fallecidas; y que las políticas públicas nacionales tengan un marcado aire normativo seudomarxista, auspiciadas por una ideología, la comunista, que asfixiando a la socialdemocracia, solo han traído y desdichas desde su aparición, el hundimiento cruel de la dignidad del ser humano y la pobreza más absoluta, además de la vulneración de aquellos derechos y libertades reconocidos internacionalmente y que concuerdan con los aprobados por unanimidad con el Derecho Natural, convirtiéndose el Boletín Oficial del Estado en el diario justificativo de normas alegales que, paso a paso, alientan desajustes etéreos y disociaciones encubiertas de cambios de las estructuras del Estado constitucional, especialmente, el Poder Judicial.
El 28 de mayo, habrá que estar muy atentos frente a la amenaza de una ideología globalista que pretende imponer una única forma de pensar, que desprotege nuestra economía y ataca a la familia y a la nación, los españoles constitucionalistas no podemos más dar un paso atrás, para recuperar la implementación de políticas que persigan el bien común y recuperen una España más libre, próspera y respetuosa con nuestras raíces de los que nos precedieron arrimando el hombro con pasión y fe, muchos de ellos, dando su vida por cada uno de nosotros y por las generaciones futuras.
Quiero finalizar. Asistí días pasados a la presentación de un libro por parte de un jurista de reconocido prestigio, según el presentador del mismo, en servicio activo en el ámbito de la Función Pública en una provincia de nuestra quijotesca o pancista España, súper televisivo de cadenas “progres”, en el edificio que antes perteneció a la Organización Sindical, y a cuyo edificio iba a recoger a principios de los años setenta el hábito para salir el Jueves Santo en la Cofradía del Silencio, que, entre otras conclusiones esenciales a viva voz, fue indicar a los presentes, algo que me dolió por su falta de objetividad en la praxis académica en el ensayo literario en lo más profundo del alma, el corazón y la razón.
Salvo error auditivo, que, los 40.000 millones de euros derivados del hecho doloso de la corrupción eran como consecuencia de la permanencia en las estructuras del Estado del franquismo sociológico y, a mayor abundamiento, para rematar la faena, a nivel taurino, que, quienes más se han beneficiado de esta situación de esta corrupción económica, del erario público, ha sido la derecha, los conservadores. En fin…, eso sí, un libro subvencionado con dinero público de una secretaria de Estado y vendido al módico precio de 18,50 euros, ¡menudo negocio mercantilista! Paz y Bien.
-Rafael Leopoldo Aguilera-