¡Pobres banqueros!

No es difícil que den dinero; que le pregunten a Garzón. Lo que no podrá exclamar es ¡banqueros pobres!
Puede usted decirlo bien alto. ¡Pobres banqueros! Lo que no podrá exclamar jamás es banqueros pobres. Llevo días sin dormir pensando en esos presidentes y consejeros de entidades intervenidas por el Estado a los que se va a limitar el salario a 300.000 euros al año, 600.000 si sólo recibieron ayudas con el dinero de todos. Imaginen que tuvieran que vivir con 300.000 euros anuales. ¿De verdad son capaces de imaginarlo? ¿A que es una gozada?
Hoy, un banco es una empresa que reparte los beneficios entre sus accionistas y las pérdidas entre el resto de ciudadanos. No me puedo creer que haya ejecutivos de Banca que se presten a eso, y si alguno se presta, lo hará a un alto interés. Se acabó la burla, tras la medida anunciada por De Guindos, que debería extender al resto de empresas, asociaciones, partidos y sindicatos receptores de dinero público cuyos directivos cobran emolumentos de monumento.
Ayer, LA GACETA recordaba el blindaje que Narcís Serra le dejó firmado a su número dos en Caixa Catalunya, Adolf Todó, en 2008: “Serra acordó con TORDÓ (…) que cobraría diez millones de euros en caso de que dejara su cargo por voluntad propia”. Una errata ha provocado que aparezca Tordó donde debería leerse Todó. No hay que confundir lo que se lleva Tordó con el que se lo lleva Todo. Lo que no es un error es el literal de la información referido a que a Todó se le pagaría tanto si le echaban, como si se iba. Es tentador saber que si uno se levanta con un día tonto de esos en los que no apetece dar ni chapa, se pira y encima le indemnizan.
Cuán injusta es la mala fama del banquero. Ahora, les acusan de no soltar ni un euro. En realidad, no es tan difícil que un banco te dé dinero. Que le pregunten a Garzón, al que bastaron algunas cartas. El secreto está en pedirlo con educación y asegurando una buena causa.
Lo mismo sucede con la falsa imagen que se ha querido atribuir a los banqueros como tipos capaces de perseguirte hasta el averno para que les devuelvas lo prestado más los intereses. ¡Mentira! Los banqueros son gente generosa y comprensiva con quien no puede pagar sus deudas. Ahí están los créditos condonados a los partidos políticos como muestra de su extrema bondad. Quien no entienda tan magnánimo proceder, sepa que todo es por la democracia. Si los bancos perdonaran todas las deudas, tendrían que cerrar, así que lo mejor es perdonárselas a los partidos, que al fin y al cabo representan a los ciudadanos. Los banqueros son buenos en el fondo. Sobre todo, en el fondo.
-Javier Quero-