EL IMPARCIAL.- Chacón no despega como candidata
Se cumple una semana del discurso de Carme Chacón en Olula del Río y el efecto pretendido no ha calado mucho más allá de los ya convencidos antes del anuncio. La exministra contaba con la baza de haber abandonado la batalla por el liderazgo de cara al 20-N, hecho con el que quiso subrayar su compromiso con el Partido Socialista. Esperaba un gesto similar esta vez de Alfredo Pérez Rubalcaba, una vez derrotado con contundencia en las generales. Sin embargo, el candidato no sólo no da por acabada su carrera política sino que opta a la Secretaría General con ventaja en los apoyos tanto en lo cualitativo como en lo cuantitativo y no ha demostrado, especialmente en las últimas horas, estar falto de balas para desestabilizar al oponente. Aunque sin debate, sin el cara a cara, a distancia, la suerte de reproches ha comenzado. Para Chacón, en posición y necesidad de remontar.
Las pullas han visto la luz en una pelea ciega que no contempla una tercera vía con garantías de éxito. Sin embargo, el tono de la disputa facilita el camino a una cara nueva y ajena a la figura de José Luis Rodríguez Zapatero y su equipo. Dos nombres: Emiliano García-Page, alcalde de Toledo, que sondea sus posibilidades y tantea alianzas más allá de José Bono, su patrocinador, y Antoine Quero, secretario de Economía y Bienestar Social de PSOE Europa. 44 años, ingeniero químico y con un perfil que, opinan sus allegados, representaría el reinicio pretendido por los votantes socialistas descontentos. A la sombra de los focos, que apuntan a dos miembros del anterior Ejecutivo.
Y los dos miembros del anterior Ejecutivo, aunque no se criticarán con rotundidad bajo el argumento de no querer armar al Partido Popular, sí quieren diferenciar sus proyectos, aunque por el momento las palabras que se han dirigido uno y otro tienen más que ver con los respectivos equipos y el pasado que con los planes de futuro y los programas. Pérez Rubalcaba dice verse más preparado y sostiene que la catalana no es la solución que necesita el partido, a lo que ella responde que eso no lo decide nadie más que los militantes dentro de su “libertad intelectual”.
Los sondeos externos e internos son inequívocos. Los socialistas quieren que Pérez Rubalcaba lidere al partido y los principales valores de la formación así lo han manifestado. Patxi López, Ramón Jáuregui, Jaime Lissaveztky o Trinidad Jiménez encabezan los avales logrados por el cántabro, que ha manifestado en sus círculos su creencia de que el único apoyo fuerte de Chacón es el exministro de Justicia Francisco Caamaño, aunque también cuente con José María Barreda o Javier Rojo. Sin embargo, la fotografía que ha trascendido a los medios es la de la candidata junto a dos alcaldes, Aina Calvo, de Palma, y Roberto Jiménez, de Soria, imagen que no refuerza el mensaje de una candidatura fuerte, al igual que el logro de menos de 30 avales frente a los casi 60 cosechados por Pérez Rubalcaba.
Destapadas las cartas de Chacón, el giro en la opinión mayoritaria del PSOE no ha sido tal. La pugna por la Secretaría General sigue invariable en favor del exministro del Interior, que no cederá esfuerzo alguno en vencer aunque haya que sacar codos, siempre sin llegar a las manos, en sentido dialéctico. Los dos quieren deshacerse del vínculo con la cruda legislatura 2004-2007 para que la renovación no se asemeje a un estéril giro de 360 grados, precisamente aquello que no movilizaría a los electores que se quedaron en casa u optaron por otro partido el 20-N. En caso de no lograr despegarse de la gestión de Rodríguez Zapatero o representar aire fresco, el tapado, si lo hay, tiene recorrido y votantes esperando conocer su identidad para escucharlo.