LA GACETA.- “El Gobierno socialista ha querido encubrir a los que prepararon el 11-M”
La noticia que ayer adelantaba LA GACETA ha vuelto a remover los endebles cimientos sobre los que descansa el mayor atentado de la historia de España. El descubrimiento de uno de los vagones –ocultado durante ocho años por el Ministerio de Fomento– que fueron dañados por las explosiones que tuvieron lugar en la calle Téllez durante la mañana del 11-M revela el aluvión de negligencias que sucesivamente acontecieron durante aquellas jornadas de 2004, máxime cuando los peritos de Interior, las partes personadas y la Policía Científica –como quedó acreditado en el Sumario– aseguraron que no tenían dónde buscar más pruebas, que las evidencias eran escasas y que se carecía de blancos suficientes.
En una palabra, desaparecieron de un plumazo todos los vagones, los que estallaron y los que no, pese a las reiteradas peticiones. No había más pruebas. El coche 011R, descubierto en el Taller Central de Reparaciones de Villaverde (Madrid), constata que no se hizo –o no se quiso– hacer lo suficiente. Para Ángeles Pedraza, presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, la ocultación del vagón de Téllez supone “una vergüenza más del Gobierno de Zapatero que exigiría una mínima explicación sobre por qué se ocultaron y se destruyeron los trenes”. La AVT exigió en su momento, como la mayor parte de las asociaciones personadas en el caso, una explicación acerca de por qué se desguazaron los vagones y, hasta ahora, nadie les ha dado una respuesta, es más, como asegura Antonio Alberca, el abogado que defendió a Rafa Zouhier en el juicio, el juez Bermúdez “nunca nos enseñó los trenes ni las piezas retiradas porque me dijo que no se sabía dónde estaban”. Uno era el ahora encontrado de Téllez. “Quiero que los socialistas me digan por qué han ocultado a los que han matado a los nuestros”, clama Pedraza, para quien la intención del Gobierno socialista no ha sido otra que “tapar y encubrir las pruebas y a los que prepararon el 11-M”. “¿Por qué no quieren que sepamos la verdad?”.
Para Francisco José Alcaraz, presidente de Voces contra el Terrorismo, el descubrimiento del 011R en los talleres de Renfe “deja en evidencia el auto y demuestra la insidia que han tenido los jueces para encontrar la verdad”.
Los vagones que estallaron esa mañana fueron desguazados y retirados con toda celeridad, desapareciendo para siempre pruebas que podrían haber sido concluyentes para determinar la incógnita con mayúsculas: ¿qué explosivo se utilizó? Pero el caso es que tampoco se iniciaron procedimientos para rescatar vestigios en los vagones que no fueron destruidos y que se trasladaron a los hangares, algunos fueron reparados y volvieron a operar, como el trasladado desde la estación de Santa Eugenia, otros desaparecieron para siempre, como este de la calle Téllez, ignorado por las autoridades judiciales encargadas de la investigación, a la cabeza de las cuales se encontraba la Audiencia Nacional.
“Cerrojazo” al caso
“Lo que aporta el vagón es la dejadez de parte de la Justicia para llegar hasta el final y deja en evidencia a ciertos jueces y fiscales, que al servicio del Gobierno socialista han querido dar cerrojazo al 11-M”, sentencia el presidente de Voces contra el Terrorismo, que, además, se nutre del recuerdo para sentenciar: “Se lo merecen las víctimas y todos lo españoles”.
En lo autos no aparece ninguna mención al respecto de quién dio la orden para llevar a cabo el despiece, la destrucción y la retirada de los trenes, algo que tampoco se aclaró el pasado viernes en el Juzgado de Instrucción nº 43 de Plaza de Castilla que dirige la juez Coro Cillán. Las declaraciones de directivos de Renfe Cercanías y responsables de las empresas que intervinieron en las operaciones no arrojaron luz sobre el último responsable, más allá de constatar la desidia de jueces y Policía que nunca se preocuparon por averiguar el destino de los vagones retirados. El Tribunal Supremo ya manifestó su sorpresa ante el hecho. “Eso queda en una neblina”, aseguraron funcionarios del Juzgado nº 6 de la Audiencia Nacional.
José Luis Abascal, abogado de Manos Limpias, asegura que es posible que en el vagón pudieran haberse encontrado pruebas ocultas –ahora ya muy contaminadas– y que lo que verdaderamente llama la atención es la intención de Fomento por ocultar una pieza que podría haber servido para recoger vestigios, determinantes para resolver el tipo de explosivo utilizado en los atentados.